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Raquel Jodorowsky

 

 

Sola en mi habitación, girando

con el mundo entero en la cabeza

desde el primer día en que nací.

Mi padre partiendo mandíbulas de vagabundos

en una tienda de calcetines de la avenida Matucana.

Mi hermano ocultando gatos dentro de la cama.

Mi madre besándose en el espejo.

 

[...] he sido tan ajena a esta familia.

 

 

 

Mujer del mundo, con alma de árbol y viajera. Nacida en el Chile del 27 pero eterna hija del Perú, Raquel da sus pasos entre tierras suramericanas, a pie, en bus o en burro entregando poesías a cambio de esencia natural.  

 

[…] ella rememora momentos en que su errancia por el universo de la vivencia le ha dictado lo más bello y lo más trágico de su aventura humana. Sus poemas son lo que ha consentido y negado, el grano de arena al frágil monumento de su ser, la alada caricia al barro del mundo […][1]

 

La andariega sacerdotisa de la selva, poeta y pintora, de ascendencia judío-polaca, llega a Colombia en 1966 a dictar la tertulia: Un poeta en busca de un pan. Allí el intercambio con diferentes literatos la acerca a los cimientos del nadaísmo. Con Gonzalo Arango entabla una fuerte relación, que se mantiene por correspondencia, con frecuentes visitas al país e intercambio de aventuras con los demás nadaístas.

 

 

Lima
Querido Poeta: nunca he sido tan feliz como cuando estuve en Colombia. Es bello pertenecer a algo en el mundo. El Nadaísmo es mi ancestro. Sentí una sensación de seguridad que apenas te puedo explicar. Y es que al verme reunida con tantos poetas y hermanos descubrí familia. […] Nunca en ningún país de este planeta me he sentido tan humanamente integrada a un grupo […]


Los recuerdo a todos con amor.Raquel Jodorowsky

 


En Cali, Bogotá, Medellín y Cúcuta, Raquel se convierte en la rapsoda-altruista de los Nadaístas, dejando en cada paso delirios enamorados en Eduardo, Gonzalo y Jotamario. Para finales de los 60 y comienzos de los 70 se hace pluma vital en las publicaciones de la Revista Nadaísmo 70. Para los nuevos siglos, a lo largo de los años, Raquel se mantiene como amiga entrañable de sus nada-poetas.

 

Compartimos con ella los fragores de los años 60, donde la bautizamos en el rito rotoso del nadaísmo, al que ella ha permanecido fiel como tantas otras causas perdidas.

 

Raquel continuó con su diálogo con las arañas y los perros rabiosos vivientes adentro y afuera de su modesta habitación, en la calle Almirante Guisse, y haciendo cantar a su vieja máquina de escribir: “Diferentes sombras será la muerte / último mundo / al que esta auténtica peregrina / ha de llegar cumpliendo”.[2]

 

Con más de 50 años viviendo en Perú, la mariposa tallada en fierro, deja trazos de pintura poética, deja poesía de andariega existencia. A sus 84 años, en octubre del 2011, se despide del árbol y el sol para volverse ceniza en el viento.

 

Despedida

 

¿Dónde se apoyan los cimientos de nuestro redondo planeta?

Nadie sabe dónde la vida nos lleva girando sin cesar como un dulce de fuego.Mar que me llevas a las puertas del misterio, donde seguiré viviendo.Mar dentro de ti.Abrazaré a dios que nos creó.Hoy me despido, amigos poetas.No Se Olviden Que La Poesía Es Invencible.


Raquel Jodorowsky

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

[1] ARANGO, Gonzalo. “Selección Poética”, Cromos 16 de Agosto de 1969.

[2]http://www.laotrarevista.com/2011/12/jotamario-arbelaez-la-jodorowsky/

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